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poupée de cire

una forma como cualquier otra de pensar...

una forma como cualquier otra de pensar...

Hoy toca...
"Tous les garçons et
les filles"
(Françoise Hardy)


Creo que tengo una manera rara de pensar. Por lo menos, curiosa. La gente "normal" le llama pesimismo. Yo prefiero hablar de realidad.

Ayer volví a ir a Bikini con Sique y Dani. Me acordé de la conversación que habíamos tenido en las escaleras de entrada (o salida, según se mire) de la discoteca la última vez que habíamos estado allí. Sé que no es el mejor sitio para mantener un debate filosófico, pero nosotros lo hicimos, y bastante bien además.
Dani es de esas personas que siempre ve el lado positivo a todo. Sea lo que sea. Sique y yo funcionamos de otra forma. Es curioso que mi propia manera de pensar me parezca estúpida y que yo misma no se la recomiende a nadie, pero no puedo evitar pensar así. Ni siquiera sé si siempre he razonado del mismo modo o si es fruto de las hostias que me he ido pegando por el camino.
Yo prefiero sopesar las posibilidades negativas de las cosas (más que nada para tenerlas presente y saber que están ahí). No lo hago conscientemente. Simplemente me sale "por defecto" (y creo que nunca mejor dicho). Sique me hizo ver que, en el fondo, lo que tanto él como yo hacemos es ser realistas y tocar de pies en el suelo, siendo conscientes que todas las cosas abren un abanico de posibles consecuencias. ¿El fallo de esta filosofía de vida? Que no siempre todo tiene por qué ser negativo (¿no?). Por más que me lo repita soy incapaz de beber de mi propio jarabe...
Se me ha ocurrido llevar a Dani dentro del bolso para poder sacarlo cuando me apetezca y me ayude a ver las cosas desde su perspectiva (que, desde luego le hace ser más feliz). Como yo no consigo hacerlo, me gusta rodearme de personas que ven el vaso medio lleno y no medio vacío.

Dani dice que no tenemos que preocuparnos por lo que no depende de nosotros porque no depende de nosotros, y que no tenemos que preocuparnos de lo que depende de nosotros porque, precisamente, depende de nosotros.
Estoy totalmente de acuerdo. Lástima que mi funcionamiento mental me haga ver las cosas de otra manera: me preocupo de lo que no depende de mí, porque no depende de mí, y me preocupa lo que depende de mí... porque depende de mí.

encorsetadas

encorsetadas

Dicen que Nicole Kidman se fracturó una costilla con un corsé durante el rodaje de "Moulin Rouge".
Hoy los corsés ya no se llevan y, de hecho, la anécdota de la Kidman (bueno, anécdota para nosotros, no creo que a ella le hiciera mucha gracia) es la que más nos puede ayudar a hacernos una idea del sufrimiento que suponía estar bella en aquella época.
Pero esos corsés que antaño se clababan en el cuerpo femenino para conseguir unas cinturas anatómicamente imposibles de tener hoy son totalmente distintos. Han adoptado la forma de patologías alimentarias que cada vez, por suerte, son más conocidas en la sociedad.
La emperatriz Sisi de Austria medía 172 centímetros, nunca superó los 50 quilos y su cintura de 49 centímetros (¡49!) era célebre en Europa. Si la lejendaria Sisi viviera ahora se le diagnosticaría rápidamente anorexia.

El otro día leí un artículo que me hizo estremecer: las anoréxicas y las bulímicas, como si de una religión se tratara se autodenominan "anas" y "mías", y se distinguen entre ellas por llevar brazaletes de distinto color según padezcan una u otra enfermedad. En la red hay centenares de páginas que ellas mismas han escrito para animarse unas a otras a seguir con esas "dietas" que las llevarán a una vida mejor, a su entender. Quieren llegar a la perfección, aunque esto suponga pasar antes por la muerte.

Me anima un poco pensar que estas enfermedades están cada vez más interiorizadas en la consciencia de la gente. Pero queda mucho por hacer, la verdad. Tengo la sensación que se ve a estas chicas (las hay muy jóvenes, sí, pero las hay que no tanto) como unas caprichosas. Es decir, creo que mucha gente no ve el peligro de estas patologías, sino que les parecen caprichos de niña. Y no es así.

Mientras sigan siendo invisibles a ojos de la sociedad seguirá habiendo enfermas. No quiero echar la culpa, como siempre se hace, a la publicidad y al cine. Sí, de acuerdo, ellos tienen parte de la culpa, pero no toda. Mientras siga habiendo madres que ponen a dieta a niñas de 5 años, esto seguirá ocurriendo.

querer o no querer

querer o no querer

Siempre me ha pasado igual. ¿Cuántas cosas he empezado a lo largo de mi vida y no las he terminado? Mejor no lo pienso.
Hoy iba a matar este cuaderno. Me siento un poco estúpida escribiendo para un público (creo) inexistente. Bueno, casi inexistente. Marc y Manu existen.
Cuando pensaba en escribir tenía un montón de ideas (y aún las tengo) pero cuando me pongo delante del teclado parece que no quieran salir. Y es un círculo vicioso: como no estoy satisfecha con lo que escribo no se lo digo a nadie, y como no se lo digo a nadie no hay comentarios acerca de lo que escribo...
Y entonces me pregunto: ¿de qué sirve esta página si nadie la lee? Podría estar haciendo esto en una libreta y con un bolígrafo, ¿no?
Pero hoy alguien me ha dicho que no me desvalorice. Quiero pensar que hablaba en serio. Así que me he dado otra oportunidad. De momento poupée de cire no desaparece (veremos cuánto tiempo aguanta). Sigo sintiéndome estúpida por estar haciendo esto. No sé qué es lo que me pienso: ¿acaso escribo bien? ¿sobre temas interesantes? No lo creo. Son MIS temas.
Y no sé si a alguien pueden interesarle. De todas formas, por el momento, no puedo saberlo, puesto que muy poca gente conoce la existencia de este blog. Supongo que tendré que lanzarme y dar la dirección a más gente, sinó poupée de cire no tendrá ningún sentido...

Cosas que he empezado y, por una razón u otra, se han quedado a medias:
- mis clases de piano. Las fui dejando poco a poco, hasta que fue evidente que no podía seguir pagando unas clases en las que no hacía más que perder el tiempo. Ahora me da incluso miedo sentarme delante del piano; no quiero saber cuánto he perdido desde entonces...
- la guitarra. Ahí está, cogiendo polvo en un armario. Me arrepiento tanto de haber abandonado la música.
- ese cojín que empecé a hacer hace ya casi tres años
- la dieta
- el dibujo
- el gimnasio

(seguro que hay más cosas, pero ahora mismo no se me ocurren, por suerte...)

cosa de hombres

Hoy toca...
"Las chicas son
guerreras" (Coz)


En un episodio de "Sexo en Nueva York" Sarah Jessica Parker investigaba cómo llegar a practicar el sexo como lo hacen los hombres. Es decir, ese entrenamiento mental que tantas generaciones ha costado y que nosotras, las mujeres, aún no llegamos a comprender.
En la serie (es decir: ficción) la Parker conseguía llegar a pensar como ellos y llevarlo a la práctica.
Creo que esto es un principio. ¿De qué? Aún no lo sé. Pero cada vez más las chicas tendemos a pensar como ellos. No quiero utilizar la palabrar "liberar", pero quizá sería la más adecuada.
Empiezo a estar un poco harta de oir comentarios (despectivos) hacia aquellas que, en el fondo, están actuando como los hombres han hecho durante tanto tiempo.
Y es triste tener que admitir que las más machistas somos nosotras.

reposiciones veraniegas

reposiciones veraniegas

Hoy toca...
"Cómo pudiste hacerme
esto a mi" (versión de
La Buena Vida)


Esta mañana he puesto la tele. Estaban echando "Embrujada". Hoy no me ha sorprendido, porque ya sé que TV3 la emite desde hace meses, pero ahora que ha llegado el calor estival (y, no lo olvidemos, el tiempo libre para poder ver la tele), las reposiciones nos invaden.
Últimamente ha habido un revival de series míticas de los años 60 y 70. Los canales autonómicos son los grandes maestros en el arte de reponer series. Gracias a TV3 he podido conocer todos los ídolos de juventiud de mi madre y los protagonistas de series que apasionaban incluso a mi abuela. "Los hombres de Harrelson", "Starsky & Hutch", "Los ángeles de Charlie", "La familia Monster", "Los Vengadores", "Misión Imposible" y ahora vuelve a tocarle el turno a "Embrujada".
Pero estas series sesenteras, aún. Todos sabemos que hay una crisis crónica de ideas, y que se rebusca en lo viejo para poner de moda algo que, bajo el antifaz del prefijo neo-, presentan como laúltima novedad. Esto ocurre en moda, está pasando con la música y también en otros muchos campos de la sociedad y la cultura.
Una serie de hace treinta años es retro. Una de hace tan sólo diez o quince está desfasada. Y eso es lo que le ocurre a "El príncipe de Bel-Air", por ejemplo. Un año más podemos volver a verla, cuando no hace tanto que los capítulos era ña primera vez que se emitían... Bajo mi punto de vista, tendrían que esperar unos años para que está "joya" que descubrió a Will Smith (como ¿actor?) pudiera ser considerada una serie de culto.

Este año, al menos, no vuelven a poner Verano Azul...