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poupée de cire

¡el espectáculo debe continuar!

¡el espectáculo debe continuar! Hoy toca...
"The show must go on"
(Queen)


Hacía mucho que no escribía, lo sé.
Unos me han animado a volver.
Otros me han reñido por no hacerlo.
... y a otros sé que les gustará el tema que he elegido.

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Carlos Losilla nos decía que lo original a menudo no es lo que se cuenta sinó el cómo se cuenta.
La historia de Moulin Rouge es simple: chico-conoce-chica, chico-pierde-chica, chico-recupera-chica. Una historia de amor convencional que se convierte en un cuento de hadas gracias a la creatividad del director.
Desde el principio el espectador sabe cómo terminará la película, pero, como en Romeo y Julieta, ¿a quién le importa? Lo irremediable del final no eclipsa la historia de amor. Esta vez, ya se sabe que la historia no tendrá un final feliz.
Una vez sabe esto, el espectador puede centrarse en cómo se llegará a este final olvidando el trágico desenlace.

El musical permite tomarse unas licencias que otros géneros no dejan. Igual que el amor. En este cuento de hadas es posible cantar bajo una sonriente luna y bailar junto a la misma torre Eiffel.
En el musical nada es imposible. En el amor sí.
Esta fantasía romántica se mueve en el mundo de la ficción y la imaginación, a pesar de que sus protagonistas no dejan de ver la realidad, su realidad. Igual que en el amor.

Quizás algunos piensen que me pase, pero creo que Moulin Rouge roza la perfección. Y lo dice alguien que adora el musical, que creció viendo musicales... pero ésta es otra historia.

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